martes, 1 de julio de 2008

Adicción a las tecnologías: una nueva enfermedad

Melissa Gómez Di Tomaso
/melisiviris@hotmail.com


Existe todo tipo de adicciones y dependencias, desde las drogas y el alcohol hasta la limpieza y el orden, y en un mundo tan cambiante, en cuanto a materia tecnológica, estar informado y poseer los más nuevos equipos o artefactos, puede causar que más que una simple curiosidad o un capricho, se vulva un adicción.


Según la Real Academia Española, una adicción se define como: “El hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos o comportamiento” (www.rae.es). Y en muchos casos, esa actitud obsesiva se aprecia en amigos, familiares o conocidos, por lo cual, es importante conocer del tema para poder determinar si se está ante la presencia de un adicto a las tecnologías o si usted mismo cae en este grupo.


Computadores, celulares, reproductores de música, utensilios de cocina, alarmas para casa, cámaras fotográficas y de video, televisores, reproductores de video, sistemas integrados de sonido y tonterías como enfriadores de bebidas por cable USB se ven hoy en día en las tiendas, ya sean físicas o virtuales, y son los artefactos por los que los adictos a las tecnologías se desviven al punto de invertir todo su sueldo en ellos.


En el caso puntual de Táchira, Venezuela, ser un adicto a las tecnologías se vuelve un asunto aún más complicado, puesto que los nuevos inventos tecnológicos tardan en llegar a las tiendas locales, y cuando estos lo hacen, ya no son lo más reciente o lo más moderno, por lo cual, estos adictos recurren a las compras vía Internet o a los viajes a países como Estados Unidos, algunos de Europa o los más innovadores en tecnología, países asiáticos como Japón.


Otto Rosales, sociólogo y profesor de la Universidad de Los Andes (ULA), ve este problema de la adicción como “un nuevo lenguaje que la sociedad tiene” y hace referencia que como todo nuevo lenguaje, hay que conocerlo y saber cómo manejarlo. Al tema de la tecnología no se le puede huir, puesto que es el futuro para todos, pero hay que saber cuál es la forma más adecuada de tratarlo para no llegar a caer en la dependencia total.


En países como Venezuela, hay que tener mayor cuidado cuando se habla de tecnología de vanguardia, ya que se cree que algo es muy nuevo cuando realmente ya es viejo en otros países, continúa explicando Rosales. Y a veces, la percepción del uso de estas nuevas técnicas no cambia con la rapidez de los medios y se usan las nuevas tecnologías con vieja técnica.


En el Táchira se observa mucho es la fascinación por la tecnología, comenta Rosales, existe es una seducción por todo lo que es nuevo, lo más reciente, quién posea lo último en tecnología será admirados por aquellos que no lo pueden adquirir, la gente se paraliza y se asombra con estas novedades.


En su opinión, hay que estar alerta a todos estos nuevos lenguajes, porque aún las personas no se han terminado de apropiar de ellos, y cree que aún no estamos preparados para tanta tecnología.


Posición contraria la de Víctor Riascos, quien ha dedicado gran parte de su vida a estar inmerso en las nuevas tecnologías, trabajando durante muchos años en servicio técnico, pasando a crear su propia empresa de soportes digitales, la cual actualmente, se encarga de instalar y mantener equipos de computación, alarmas caseras o de empresas, entre otras cosas, a cierta parte de la población de San Cristóbal.


Admitir una adicción no es sencillo, sin embargo, Riascos acepta que le fascina estar siempre a la vanguardia tecnológica, conocer los más nuevos equipos portátiles o caseros, los celulares que no han venido a Venezuela todavía, alarmas que se vuelven novedad en una ciudad como San Cristóbal, entre otras cosas.


“Trato de estar siempre informado, eso me ayuda a poder hacer mayores ventas a mis clientes, les tengo que mostrar lo último que compro para poder seguir vendiendo lo más nuevo” comenta Riascos. En su negocio vende tecnología a aquellos que no están tan informados por su cuenta, y la única manera de dar a conocer estos artefactos es poseyéndolos, así los puede mostrar en vivo y directo y no sólo por imágenes o video.


Cada vez que sale una portátil nueva vende la anterior, la cual no tiene una vida mayor a 2 ó 3 meses, pero con la venta y un poco más, logra comprar la más reciente, lo mismo pasa con las cámaras de video o fotográficas. Ya que ser un adicto a las tecnologías no es económico.


Esta adicción, que años atrás no era tan marcada como ahora, está creciendo a paso incalculable, puesto que cada día existen mayores facilidades para obtener los equipos, y cada vez más empresas sacan más productos a la calle. Nuestro futuro se ve lleno de avances tecnológicos, no se puede huir, sin embargo, hay que controlarse al momento de las compras, para no caer en adicciones.

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